La función de la tetina es facilitar la succión de alimento al bebé en cantidades adecuadas y a un ritmo constante. Su diseño debe imitar al máximo la forma y el funcionamiento de los pezones maternos para que el bebé la acepte sin problemas y estimule el proceso natural de succión.
El agujero de la tetina debe permitir una salida del líquido regular y moderada en forma de goteo, lo que le permite adaptarse al ritmo de succión del bebé en cada momento.
Actualmente en el mercado hay una gran variedad de tetinas en función del material, la forma y el flujo. A continuación os los comentamos con más detalle:
Caucho: |
Silicona: |
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En cuanto a la forma, podemos encontrarnos con tetinas anatómicas, fisiológicas, de gota o redondeadas. También debemos tener presente a la hora de escoger una tetina que no todas tienen el mismo número de agujeros, lo que variará el flujo de alimento. Inicialmente se recomiendan las tetinas de un solo orificio y pasar a las de dos o tres orificios cuando el bebé empiece a tomar alimentos de textura más fluida, ideal para iniciar la alimentación complementaria. Cuando introduzcas alimentos más sólidos puedes optar por tetinas con un orificio en forma de estrella. Otro recurso si no quieres estar constantemente pendiente de cambiar la tetina, es emplear las de tres posiciones, que regulan la salida de alimento en función de la posición de la tetina.
Como novedad, en el mercado existen tetinas denominadas antihipo. Éstas se basan en reducir el aire que traga el bebé cuando toma el biberón debido a que posee unos orificios que mantienen un flujo constante, compensando la salida de leche con la entrada de aire.
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